sábado, 23 de enero de 2010

Recibiendo clases de un profesor de lujo, Antonio Catalán

Madrid un martes 19 de Enero Hotel AC Cuzco, la una y contando segundos para las 14 horas que esperaba con impaciencia, busco la sala donde tenia que compartir comida, tertulia, enseñanzas e ilusiones. Espero en un pasillo, me acompaña José M. Marco como siempre mi ángel guardián, somos los primeros en llegar, llega otro impaciente como yo (Jesús Alonso), cambiando impresiones van llegando mas emprendedores y pasamos al comedor, reducido y del tamaño ideal para la experiencia que nos espera, intercambio de tarjetas, sonrisas y buenas intenciones en ese momento………………
Llega Antonio Catalán, puntual (como no), en el comedor donde esperábamos algo se cambio en el ambiente, como una niebla reverencial que se podía palpar, yo desde donde estaba no lo había visto, al girarme ahí estaba, el emprendedor por antonomasia, el hombre tan afortunado que ha conseguido aunar trabajo y pasión.

¿Que le apasiona a Antonio Catalán? Después de oír y leer entre líneas las cosas que nos relataba, llegue a la conclusión que lo que de veras le gusta es reinventar las cosas, darles giros que nadie espera, ser distinto y diferenciarse de los demás.

De esta esencia de su ser ha conseguido impregnar AC Hoteles y lo que es mas importante a todos y cada uno de sus colaboradores. Hacer que una cadena tan grande con tantos trabajadores como AC sea como una empresa familiar donde todo el mundo es importante dentro de su eslabón, es una tarea de titanes que solo una persona dispuesto a reinventar cada día su mundo es capaz de hacer.
De esta maravillosa experiencia de compartir enseñanzas, comida y tertulia creo que me he contagiado y si estoy en la cierto que se me ha contagiado el virus de reinventarse, ahora además de admiración como siempre he sentido hacia esta persona tan especial tengo, que estarle eternamente agradecida.

Sr. Antonio muchas gracias por contagiarme el entusiasmo del emprendedurismo trabajado, reinventado y con el saber hacer cada día... UN MILLON DE GRACIAS.

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